Supongo que nos pasa a la mayoría de la humanidad, aunque hay gente que lo ha adquirido como un hábito. Me ausento en los pensamientos que me ahogan ajena al resto del universo y se me olvida sonreir.
Por fin!!!!! Ya tengo internet de nuevo!!!!! Y muy veloz!!!!!!!!Me he encontrado el correo saturado de mails cadena, fotos del 23 del Madrid, Pocholo que resiste y demás fauna, 0 mails personales.
Bueno pues ya puedo dar rienda suelta a mis noches de insomnio naufragando por la red.
Pido pista que despego. He vuelto.
Llevo demasiado tiempo sin internet, ahora mis dedos se apresuran impacientes sobre el teclado con demasiadas ideas para escribir.
Queridos/as ya soy conductora, aprobada con éxito a pesar de que mi aparcamiento en el centro de exámenes fue lo más parecido a un circo romano, el resto fue lo más parecido a sentirse la protagonista del anuncio del Clio por Mostoles con el mono de la ballesta sin el menor ápice de piedad.
La gran satisfacción de ser ya una conductora se ha mermado con mis dolencias de espalda, mi ciática siempre tan oportuna y delicada. Esta vez tratada con fisioterapeutas, que acostumbrados a los músculos de los futbolistas, sus manos en los míos trabajan como si se trataran de mantequilla fundida, ante mi vergonzoso desnudo casi integral.
¿Se solucionaran mis problemas de internet al mismo tiempo que los de mi espalda o me dará tiempo a terminarme los cuatro libros que tengo empezados?
Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido
Atención señoras, ha llegado a su localidad el tapicero; tapizamos sillas, sillones, tresillos, butacas, mecedoras, descalzadoras y todo tipo de muebles que tenga, en su propio domicilio
Podría ser una buen opción, un tapizado nuevo, a lo mejor conseguiría que la mirada con la que me encuentro sin ganas frente al espejo no fuera tan vidriosa y caida, y que mi risa volviera a sonar con frecuencia e intensidad, podría incluso hasta devolverme la ilusión. Pero me temo que el problema es más interno, parece ser que es la calidad del mueble unida al mal uso y cuidado del mismo, una invasión de carcomas. La verdad es que nunca me ha gustado, pero lo tengo desde siempre.
Ha sido una sensación no registrada, aún todavía siendo una mera especulación, era algo más honda que la indignación, de la cual abuso muy habitualmente. Nunca he creido que se me pudiera discriminar sexualmente en el ámbito laboral, todavía lo podría entender si tuviera que estar a golpe de pico y pala (aunque le saco una cabeza al 50% de los hombres que conozco). Espero que mañana no tenga que decir ''te lo dije, nunca fallo'' y que esto se quede en un nudo marinero de mi extenso tiempo libre de desempleada.