Ha sido una sensación no registrada, aún todavía siendo una mera especulación, era algo más honda que la indignación, de la cual abuso muy habitualmente. Nunca he creido que se me pudiera discriminar sexualmente en el ámbito laboral, todavía lo podría entender si tuviera que estar a golpe de pico y pala (aunque le saco una cabeza al 50% de los hombres que conozco). Espero que mañana no tenga que decir ''te lo dije, nunca fallo'' y que esto se quede en un nudo marinero de mi extenso tiempo libre de desempleada.