Salí a la calle y me dejé caer en un banco, a mi alrededor se respiraba la tensión típica de cualquier urgencias de cualquier hospital, ante la opresión en el pecho que me entró al recordar todas mis andanzas hospitalarias intenté distraerme observando a la gente hasta que me encontré con su mirada buscándome.
Mientras caminábamos al coche me dijo que tenía una cosa para mi, y sacó un par de termómetros que me entregó como premio a mi espera, ahora solo tengo que recordar mi carcajada para mi próxima visita a urgencias, lejana por favor.
Vamos a contar mentiras...
...tralará...
Me he acostumbrado a estar sola, a pesar de ser muy independiente me ha costado, me refiero a ese tipo de sola rodeada de gente que en realidad son como hologramas que se convierten en humo, mea culpa por supuesto, pero mientras descubro una solución factible a mis carencias intento no sufrir, porque no hay nada que se le resista a una pastilla para dormir y a otra para que no te tires el día con la mirada de Bette Davis
Joder, es un asco porque el otro día me pasó algo súper bueno, y me quedé con el teléfono en la mano sin saber a quién llamar para contárselo, me acordé cuando me contabas que llamabas a casa para contarle a tu madre que te había pasado algo genial y tardabas varios tonos en darte cuenta de que ella ya no estaba, menuda mierda
cada vez hay mas vacíos...
Yo si oigo la palabra eclipse no sé por qué pero pienso en aquella tarde en un videoclub en el que discutíamos un grupo de dispares amigas sobre si alquilar una película de risa, de amor lacrimógeno o una porno con stars mulatas, ante tanta discusión, la del videoclub nos encasquetó la película Eclipse total, en las películas que las protagonistas tienen nombres de sufridoras como Dolores, Consuelo, Soledad
ya sabes que te va a tocar el mega drama
El lunes cuando todos miraban hacia el cielo yo lo hacía al suelo, no soporto las expectaciones masivas, y menos cuando sientes que tu situación no es nada parecida a una alineación de planetas, y es que yo me pasaba las noches de verano tumbada bajo una manta de estrellas contando las fugaces sin riesgo a quemarme las retinas y eso, es difícil de superar. A lo mejor en el 2026 me obligo a crear un momento mas mágico para eclipsarme.
Como se me avecinan muchos cambios he decidido empezar por uno de cabecera, no sé vosotros, pero yo no me canso de mirarla.
Cuidado con lo que hacéis porque os estoy observando...