18 de Diciembre 2003

Hoy...


Hoy me he levantado con predisposición al lloriqueo por los rincones, cosa que no permitiré que me reproche nadie, ya que después de casi una semana de inactividad obligada porque mi nervio ciático me da la espalda, está más que justificado.
En raras ocasiones suceden cosas que cuando una ya ha decidido vestirse de depresión y autotormento le iluminen el día, pero existen.
Era un mail breve, de alguien que ni veo hace tiempo ni tengo noticias, con una felicitación sincera y exacta, al final concluía con un “No te olvido”. Al rato he recibido una llamada de otra persona de las que las circunstancias y el tiempo aleja, pero que a pesar de ello las conversaciones son tan fluidas y chispeantes que parece que compartes con esa persona un día si y otro también.
Si le rasgáramos las vestiduras, y la despojáramos de luces, dorados, regalos obligados, caridad disfrazada y sonrisas forzadas, ¿La Navidad sería esto?

P.D: Escrito bajo los efectos de los relajantes musculares.

Posted by Srta.Vainilla at 18 de Diciembre 2003 a las 04:19 PM
Comments


Si, eso es la Navidad.
Bonito post.
Todo un logro por quien haya conseguido sacar ese sentimiento...

Posted by: Princesa on 18 de Diciembre 2003 a las 04:35 PM

Quilla, un saludo y mucha paciencia, suerte, relajantes... con ese nervio, uf.

Posted by: pollodegoma on 18 de Diciembre 2003 a las 11:09 PM

Siento el retraso, no te olvido…
a pesar de “no migrar”, sonrío
porque me gusta la televisión
si cuando miro, tu rostro intuyo

Siento el retraso, no me olvido…
todos tenemos un día malo,
a los sumo dos, te cuento el mío…
(Vuelve)

De cuando todo sale mal sin remedio

¿Por qué hay días en que todo sale mal?, no hay forma de cambiar el rumbo, en popa ves los remolinos; ¿Quién tiene el timón?, que hacer, la nave se desliza y miras, tan sólo miras como transcurre delante de ti el lienzo de la realidad. A veces, tan solo a veces, recogería ese maldito lienzo, lo arroyaría con fuerza, y el cordel, fuerte y aguerrido, encubridor de mi pesadilla, me protegería.

El destino espera al otro lado del quicio de la puerta, te aferras al pomo pero nada más. No hay nada más, ni nadie, ni nada. Buen día para escribir, sin alma, sólo dedos, y la frustración en pleno apogeo.

Los acontecimientos, unos tras otro, hora tras hora, minuto a minuto, se empecinan en darte la espalda, sigues deslizándote, ya no en le mágico fluido, sino por el túnel de tus escombros, el hollín inunda tu piel, sin piel; oscuro, recio, tenebroso, sin fin; ¿cuándo acabará?¡ Que pase este día!, no puedo seguir así, humillado, maltrecho; el pecho hecho jirones.

Caes, caes y caes,...pero, a pesar de la tristeza, todo pasa no hay mal que dos días dure. Por fin, encuentro el fin, fin a la desdicha, a la niebla, a la noche.¡hay fin!. Suspiros sobre las cenizas de mi nostalgia, viento que las destierre de mi vista; doy gracias por vivir, saludarte, verte y tenerte al otro lado de estas insulsas letras. Una tras otra, como esparcidas por un sembrado, se unen en frases sin sentido, frases sin principio, frases con fin; por fin. Y las cenizas vuelan lejos de aquí.

¡Estas ahí!,¡ empieza el principio del fin de mi tristeza!. Si has llegado hasta aquí, conmigo, si has compartido este sentimiento extraño, en extraño día; si aún sigues ahí ¡gracias!, eres cómplice de mi desventura, de mi mal día. Compartes las lágrimas que del pecho a borbotones inundan mi cara, mi voz, mi sentido.

Obtuso y compungido me dirijo a ti para compartir este desasosiego que por banales razones me acompaña en este día de invierno. Quedan 12 horas de dolor para que acabe el canalla y pase delante de mí negándome al alba. ¡Maldito traidor!, viniste antes que el gallo cantara, me pillaste borracho de dicha, sin que hoy te esperara. Has roto mi autoestima, mi ilusión por cualquier reto, pero no me has vencido sigo de pie quieto.

Caer es bueno, te permite coger impulso para saltar de nuevo, ver las estrellas, rozar el firmamento; tan claro, tan limpio como el cristal del viento.

Cambio el paradigma de mi sentido, ya no es borroso, sino claro y cierto. He de seguir con los míos en todo momento. Empuje divino es el aliento de los tuyos cuando aún no estás muerto y la lucha, y la brega, es el pan nuestro.

El aliento del amigo, del compañero sincero, tras ti vive en todo momento. Más, ya no flaqueo, somos muchos en el intento. El dolor, la amargura, el abatimiento me puede vencer a mí, pero no con ellos.

Y tu que estas hay detrás de este pensamiento, asomándote a mi pena tras letras acumuladas en el lienzo, me acompañas por momentos. Cada vez te siento más cercano a mi triste pensamiento. Pero no, ¡no más tristeza! con alegría superaré este reto.

Eufórico por vuestra ayuda, lector, amigo compañero, veo claro el momento de desempolvar el lienzo que de mi vida quiero. ¡Cordel fuera! Ya te desenvuelvo, y claro, como el día, te espero; que en efecto, el timón retomo y viento en popa navego rumbo al puerto donde todos volvemos.

Por fin acabó, maldito día, que me obligó a escribir esto, doloroso discurso que te presento para compartir contigo el final de la agonía, el final del lamento.

El pensamiento claro, las lagrimas tibias, el pecho hinchado y cargada la mochila. Llevo amigos, llevo compañeros, llevo familia, llevo sentimientos. Piel llena de piel y amor por lo más bello: tu. Un beso.

Posted by: cchema on 18 de Diciembre 2003 a las 11:14 PM

Posted by: Mary-jb on 21 de Abril 2009 a las 12:18 AM
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