(Sentada en una silla, en la mesa más cercana al ventanal, está la Srta. Vainilla con las piernas cruzadas. Parece aguardar la espera de alguien mientras rebusca algo por su bolso y tararea Il mondo. En la mesa que queda a su espalda hay un caballero que lee el periódico.)
Negro: (que eleva la mirada por encima del periódico) O mondo soltanto adesso io ti guardo nel tuo silenzio io mi perdo...
(La Srta. Vainilla se gira y sonríe. El Sr. Negro se levanta y se acerca a la mesa de la señorita).
Negro: Si me permite...
Srta. Vainilla: Por supuesto.
Negro: ¿O espera a alguien?.
Srta. Vainilla: Oh, no no, sólo hacía tiempo.
Negro: Encuentro una gran diferencia con la última vez que coincidimos en este lugar. Ha llegado el invierno a su escote y eso es motivo más que suficiente para odiar el frío.
Srta. Vainilla: Si, y supongo que no es cómodo que a alguien como usted se le arruguen ciertas zonas con la llegada de las nieves.
Negro: Oh, no. Acostumbro a utilizar guantes y orejeras y cuando estoy en época de escasez sexual utilizo patucos y calzones de franela.
Srta. Vainilla: Vaya, como para sostener un encuentro casual con usted, a mi en estas épocas me seducen más unos buenos pololos.
Negro: No puede negar que es una cabaretera en toda regla.
Srta. Vainilla: Y vieja. Y usted no me va a negar que es todo un vampiro mellado. Por cierto, ¿el sarcasmo le viene por parte de madre o de padre?.
Negro: Pues diría que es una mezcla de ambos, soy un cúmulo de guaninas y citosinas sin orden aparente, pero más bien apostaría porque acumulé el de ambos. Aunque diría que usted es más sarcástica que yo... ehm, más bien me confieso irónico.
(Pausa incómoda).
Negro: También tengo un perro y un gato, por si le interesa.
Srta. Vainilla: Yo no soy sarcástica, lo es mi vida, demasiada tarea tengo con producir endorfinas y... Seguro que es más simpatizante del felino.
Negro: Cierto, veo que me va captando. Además es al único que le dejo subirse a mi cama desnudo sin dedicarme previamente unas palabras bonitas.
Srta. Vainilla: Tendrían que probar algún trio, yo hace tiempo comparto cama con el perro y un oso de trapo.
Negro: No me extraña, siendo cabaretera deben ser los únicos que luego no le roban el tabaco.
(Nueva pausa incómoda)
Negro: ¿Sabe?, dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Lo digo por usted, un servidor, aquí, de nuevo en el Café, con más sombras que luces y Jimmy Fontana de fondo.
Srta. Vainilla: Eso lo dice porque hoy le toca correr a usted con la cuenta.
Negro: Vaya, le intuía más desmemoriada, pero no se preocupe, los vampiros, aunque mellados, seguimos siendo caballerosos y para lo práctico, somos atentos, refinados y carecemos de fluídos corporales.
Srta. Vainilla: No me subestime Sr. Negro. Supongo que al menos fluidos gástricos si producirá, ¿no?.
Negro: Sólo cuando me enamoro, así que mis mariposas, más que revolotear, deben hacer glup glup en un mar de ácido. Aunque en mi defensa debo añadir que sólo me pongo agrio cuándo tengo espasmos civilizadores.
Srta. Vainilla: Vaya, esta imagen suya tan visceral me sorprende.
Negro: ¿Le sorprende?, entonces me capta menos de lo que imaginaba. ¿Usted se considera visceral, cerebral o fan de Beckam?.
Srta. Vainilla: Si al menos llegara a considerarme... nunca me he tenido ningún respeto.
Negro: Pues hace muy mal. Seguro que hay algún proverbio chino contra eso en los sobrecillos del azúcar.
Srta. Vainilla: O en las puertas de los retretes públicos.
Negro: Deme alguna razón por la que no se tiene ningún respeto.
Srta. Vainilla: Para responderle a eso tendrá que conseguirme un diván.
Negro: Es la primera persona que para contarme su vida exige primero acostarse conmigo.
Srta. Vainilla: Jajaja...
Negro: Camarero, ya no es necesario el diván, la señorita enseña los dientes de forma sarcástica, así que será suficiente con que traiga la cuenta o me prepare los guantes, tengo la piel muy sensible.
Srta. Vainilla: Todo un placer su ácida compañía, espero verle pronto.
Negro: El placer ha sido mío, mademoiselle. Bon soir, o lo que es lo mismo, buena suerte.
(La Srta. Vainilla desaparece de la cafetería. El Sr. Negro le devuelve el periódico al camarero que saca unos guantes y le da una palmadita en el hombro).
Tomas falsas:
[Srta. Vainilla: Tengo memoria gracias a comer rabos, de pasas, no me vaya a malinterpretar. Lo de carecer de fluídos es una ventaja, le imaginaba de los que se limpian en las cortinas.]
[(El Sr. Negro esa vez llevaba dinero, paga los cafés y se libra de fregar platos)]
Posted by Srta.Vainilla at 14 de Noviembre 2003 a las 02:40 AMMe gustan estas historias a medias que os montáis el Sr. Negro y tú...
Posted by: Manu on 16 de Noviembre 2003 a las 04:33 PMQuid rides? Mutato nomine de te fabula narratur - Why do you laugh? Just change the name and the tale is told of you. (Horace)
Medicus curat, natura sanat - The physician treats, nature cures
Gnothe seauton (Greek) - Know thyself
Munit haec et altera vincit - One defends and the other conquers
Aliena nobis, nostra plus aliis placent - Other people's things are more pleasing to us, and ours to other people. (Publilius Syrus)
Amoto quaeramus seria ludo - Joking aside, let us turn to serious matters. (Horace)
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Posted by: Mary-so on 21 de Abril 2009 a las 12:06 AM