He abierto la puerta con resignación, la calle me ha recibido con una bofetada ardiente, cual amante despechada.
La ausencia de vehículos estacionados me ha recordado que hoy inauguramos el mes de Agosto, dándole por fin a la ciudad sus merecidas vacaciones.
A pesar del calor a Bono le quedaban energías para tirar de mí, yo intentaba imponerle mi insignificante autoridad arrastrándole a las zonas de sombra evitando el roce del astro rey.
Las farolas estaban encendidas, sus globos imitaban al sol en tributo al día más caluroso del año, aunque así también denominaron a la jornada de ayer en las noticias, y me temo que probablemente, mañana también se ganará el título.
Ahí, en ese mismo momento fue cuando supe que mi vida habia empezado...
...de nuevo.